"frente al reflejo" combina la estética tanto de lo antiguo como de lo moderno. Los tonos grises claros de las paredes son como pergaminos envejecidos, testigos del paso del tiempo y del fluir de la historia. Los dos espejos circulares, que recuerdan a las clásicas puertas lunares de los jardines tradicionales o a las lunas crecientes en el cielo, aportan una sensación de poesía y ensoñación a este espacio. Los bordes dorados añaden un toque de elegancia que complementa las paredes grises, mostrando una forma sutil de lujo.
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